Paisajes que influenciaron a Federico García Lorca

Paisajes que influenciaron a Federico García Lorca

octubre 7, 2021 Desactivado Por Equipo de redacción

El mayor poeta granadino es el autor español más leído de todos los tiempos. Federico García Lorca, fue un escritor español que vivió entre 1898 y 1936.

Federico García Lorca, poeta de renombre internacional

Federico García Lorca, el poeta español más traducido de todos los tiempos, nació en Fuente Vaqueros, en plena vega granadina, a orillas del río Genil, con sus aguas caudalosas sosteniendo enormes alamedas y sombríos hornos de tabaco.

La infancia de Federico estuvo marcada por estos paisajes, al igual que la adolescencia del poeta estuvo marcada por el entorno de la Huerta de San Vicente en Granada. Lorca se encontraba a gusto aquí, donde el «viento verde» era algo natural. Años más tarde, encontró aquí la seguridad, hasta que una mañana, bajo un cielo estrellado, la rosa roja de su camisa blanca se hizo cada vez más grande, y su cuerpo fue enterrado junto al camino, bajo un olivo.

Las llanuras del Genil

El río Genil, cuyas aguas desembocan en el valle desde los manantiales de Sierra Nevada, nutre la llanura, que es un terreno llano y productivo. Primera parada: Fuente Vaqueros, lugar de nacimiento del poeta. La casa donde nació, que hoy contiene un atractivo museo con reliquias de su infancia, está abierta al público.

El pueblo de Valderrubio (antiguamente conocido como «Asquerosa») fue el segundo hogar de Lorca. Este asentamiento sirvió de modelo para la obra del poeta La casa de Bernarda Alba, que representa una tragedia rural. En estas fértiles llanuras, el agua es el elemento vital. Pasear por la ribera del Genil y por la finca de Daimuz, cerca de Láchar, permite hacerse una excelente idea de la formación del poeta, definida por los pastores, las granjas y el gran cielo, motivos que aparecen con frecuencia en sus escritos.

Paisajes de Granada

Paisajes de Granada. Foto por David Mark en Pixabay.

La Casa Nacional de Lorca

 

Del río Darro a la plaza Mariana Pineda

Tras establecerse en Granada, la familia Lorca se instaló primero a orillas del río Darro, cerca de las Colinas del Albaicn, la zona del Sacromonte y la Alhambra. Poco después se trasladó a un palacio en la calle Acera del Casino, junto a la Basílica de Nuestra Señora de las Angustias (siglo XVII). Artistas, poetas e intelectuales comenzaron a acudir en mayor número a este lugar, entre ellos Manuel de Falla, que tenía una pequeña villa con jardín en las cercanías.

Lorca participó en tertulias literarias y recitó sus primeros poemas en el Café Alameda (actual restaurante Chikito) de la Plaza del Campillo. Con la presentación de su obra homónima en el Teatro Cervantes, se dio cuenta de su admiración por Mariana Pineda. Una estatua de Mariana Pineda, la heroína de la independencia, se encuentra en la Plaza Mariana Pineda.

San Jerónimo se encuentra en el centro de la ciudad

En su camino a la universidad, Federico García Lorca pasó por el convento de San Jerónimo, donde dio conciertos y leyó poemas en el centro artístico local de la calle Mesones. Encontró a Agustina González, «la zapatera», que, vestida de hombre, propagaba ideologías liberadoras y le sirvió de modelo para su obra La zapatera prodigiosa, en el Café Suizo de la misma calle. La imprenta Ventura Traveset, que produjo el primer libro de Lorca, Impresiones y paisajes, también estaba situada en esta calle (1918). La Plaza de la Universidad de hoy se parece poco a la de la juventud del poeta.

El poeta se entregó a la meditación y reforzó su sentido social de la existencia cerca de la Basílica de San Juan de Dios (siglo XVI), obra maestra del barroco donde se conservan los restos del Santo de los Pobres. A la sombra del espectacular monasterio de San Jerónimo, destacado ejemplo del Renacimiento con extraordinarios claustros y un espléndido retablo, paseó por pequeños patios y rincones secretos.

Las leyendas del Albaicín y el Sacromonte

Lorca disfrutaba paseando por las callejuelas del Barrio de los Halconeros hasta llegar a la Plaza Larga tras cruzar la Puerta de Elvira. A continuación, se dirigió al mirador de San Nicolás, donde se tomó un descanso y dejó volar su vívida imaginación mientras contemplaba las estructuras escarlatas de la Alhambra en el horizonte. Moros, judíos y cristianos: tres religiones representadas en este símbolo de la antigua libertad de Granada. Lorca subió por la calle de Enmedio hasta el Monasterio del Sacromonte (siglo XVI), y luego bajó por un sendero lleno de cuevas hasta la Alameda de los Tristes. Los poetas siguieron este camino hasta llegar a la Fuente del Avellano, popular lugar de reunión de la sociedad literaria del siglo XIX dirigida por Ángel Ganivet.

Alhambra y Generalife: El eje estético

Federico García Lorca solía acudir a un lugar de la ciudad que denominó «eje estético» de Granada en la Cuesta de Gomérez. Luego paseaba por el bosque de la Alhambra, rodeado del sonido del agua en los jardines del Generalife, con la rica llanura de su juventud vívida en su mente. Manuel de Falla organizó el torneo de Cante Jondo allí, en la plaza de los Aljibes.

La poesía de Lorca sobre el Cante Jondo revela que el flamenco estaba profundamente arraigado en su espíritu. Lorca conoció a uno de sus mejores amigos, Juan Ramón Jiménez, en medio del laberinto de mirtos, fosos, adelfas, rosales y jardines colgantes del Generalife. Manuel de Falla, a quien visitaba en su mansión del jardín del Ave Mara, era uno de sus más íntimos confidentes. Lorca leyó a Mariana Pineda y recitó aquí sus poemas del Cante Jondo. Utilizó el pequeño teatro del Hotel Alhambra Palace para otras obras, como sus Romances Gitanos.

Huerta de San Vicente: dolor de cabeza poético

Los innumerables jazmines y jazmines nocturnos del jardín «dan a todos los de la casa un dolor de cabeza lírico a primera hora de la mañana», escribió Lorca a Jorge Guillén. Y así es como hay que ver Huerta de San Vicente: como un lugar limpio y libre del ruido y el bullicio que lo envolvía como una segunda piel.

El poeta tenía (y apreciaba) una fantástica vista de las siete colinas de Granada, con las montañas nevadas de Sierra Nevada como telón de fondo, la llanura verde y la imponente torre de vigilancia de la Vela en primer plano. La zapatera prodigiosa, Llanto por Ignacio Sánchez Mejas, Doa Rosita la soltera, Bodas de sangre y Romances gitanos fueron algunas de las composiciones más famosas de García Lorca.

San Vicente Huerta

Entre Vznar y Alfacar hay mucha competencia

La Casa de los Rosales, que ahora alberga el Hotel Reina Cristina y el restaurante El Rincón de Lorca, parecía ser un refugio seguro para el poeta, perseguido por los falangistas. Ni los rosales ni Manuel de Falla pudieron salvarle. Ya había sido condenado a muerte por los esbirros de la «Escuadra Negra» sin juicio ni defensa. La noche del 17 de agosto de 1936, el poeta fue introducido en un coche y fusilado en una cuneta en la ruta de Vznar a Alfacar, según una canción. El mejor poeta que ha dado Andalucía yace para siempre bajo un olivo, en esa zanja eterna.

Ruta 1: Valderrubio y Fuente Vaqueros

Pueblos de la vega granadina. La casa natal del poeta y el Centro de Estudios Lorquianos son también visitas obligadas en Fuente Vaqueros. En el museo se conservan todos los recuerdos de su infancia, así como una parte importante de los escritos del poeta. Merece la pena visitar la mansión de Frasquita Alba en Valderrubio, así como el cortijo donde vivió antiguamente, que alberga varios utensilios y otras reliquias. Pruebe el arroz con conejo en Fuente Vaqueros, y el guiso de patatas en bicicleta en Valderrubio. Es muy recomendable la visita a la finca de Daimuz en Láchar.

Ruta 2: De la ribera del Darro al Monasterio de San Jerónimo

A lo largo de la ribera del río Darro, hasta el Paseo de los Tristes, hay varios rincones de gran importancia en la biografía lorquina, entre los que destacan los encantadores baños árabes reales y las teterías que embellecen la zona del Albaicn. Junto a la Basílica de San Juan de Dios, en la calle San Jerónimo, descubrirá la valiosa iglesia de los Santos Justo y Pastor, la Plaza de la Universidad y el Convento de San Jerónimo. También encontrará zonas como la Plaza Mariana Pineda y la Plaza de La Libertad, donde podrá hacerse una idea de la vida universitaria.

Recorrido 3: Por las huertas de la Alhambra

García Lorca disfrutaba paseando por los bosques y escuchando el sonido del agua de los fosos en su camino hacia la Alhambra a través de la Cuesta de Gomérez de los Moros. A través de la Puerta de las Granadas se entra en un mundo maravilloso, que tiene una gran presencia en la vibrante imaginación de Lorca. Merece la pena ver el Carmen de los Mártires, la mansión jardín de Manuel de Falla y el teatro del Hotel Palace.

Huerta de San Vicente (Recorrido 4)

El Museo de Federico García Lorca-Huerta de San Vicente, con su famoso piano de cola, su austero dormitorio y su escritorio de madera acorde con la época, es una visita obligada. Lorca se encerraba todos los días en su «fábrica» para ser creativo, escuchando música de Bach, Mozart o Cante jondo en un disco antiguo.

Ruta 5: De Vznar a Alfacar

Tome la A-92 en dirección a Almera, salida 250, para llegar a la zanja donde están enterrados los restos de García Lorca. Imagine por un momento el sonido de los disparos (de caza). La historia de los hornos morunos sigue viva tanto en Vznar como en Alfacar, por lo que descubrirá la repostería y el pan moruno. Pruebe las migas de Vznar (pan frito con chorizo y tocino) o las setas de Alfacar.